El día de ayer una tragedia internacional golpeo el corazón y espíritu de muchos alrededor del mundo, la impresionante e icónica Catedral de Notre Dame de París fue parcialmente consumida por un fuerte incendio durante la tarde del día de ayer, lunes 15 de abril.

Alrededor de las 18:50 horas, tiempo local en Francia, se declaró que el edificio gótico se encontraba incendiándose, la labor para controlar el fuego durante varias horas; la madrugada de este martes, la fuerte catástrofe se apaciguó para ser declarado como fuego extinto en su totalidad al amanecer del mismo día.

Cientos de parisienses y turistas se reunieron alrededor de la Catedral para ver como poco a poco las imparables llamas consumían gran parte de la famosa estructura, y entre cantos y rezos deseaban que pronto finalizara el terrible panorama. Las pérdidas del siniestro son culturales, históricas y artísticas, además del sentimiento de impotencia que el mundo sintió pues la Catedral de Notre Dame es una de las obras arquitectónicas más representativas de la época gótica que albergaba obras de arte del siglo XIII, un emblemático órgano construido entre los siglos XV y XVIII que resulto parcialmente dañado así como gran parte del cuerpo del edificio.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, declaró que la reconstrucción de Notre Dame será un hecho y que el gobierno francés abrirá una colecta de fondos de nivel internacional para la restauración de tan importante recinto, pues por años ha sido la obra arquitectónica considerada como el monumento más visitado del mundo. Por su parte la alcaldesa de Paris, Anne Hidalgo, ya ha destinado 50 millones de euros a la recuperación Notre Dame, y Valérie Pécresse, presidenta de la región de París, aumento otros 10 millones a la causa; otro que ha determinado ser parte de esta colecta es el opulento Bernard Arnault, dueño de Louis Vuitton, Moët y Hennesy que aportará 200 millones de euros, mientras que Henri Pinault, propietario de grupo Kering dará otros 100 millones de euros.

Recordemos que Notre Dame es considerada por la UNESCO como patrimonio de la humanidad, por lo que el cuerpo de bomberos francés fue sumamente precavido a la hora de controlar el fuego pues el objetivo principal era rescatar la mayor parte de la construcción y evitar a toda costa un derrumbe.